viernes, 4 de noviembre de 2016

"El barrio chino de “Blade Runner”"

Aportado por Almudena Suárez.

Tenía que ocurrir tarde o temprano. En Blade Runner, aquel icono del cine antiguo, un artesano del barrio chino de Los Ángeles cultivaba ojos humanos en sus matraces para colocarlos a buen precio en el mercado negro del futuro. Y el futuro ya está aquí, como puedes leer en Materia. Los científicos no son chinos, sino japoneses, pero han conseguido derivar de células madre una especie de ojo humano embrionario, que contiene en sus bellos círculos concéntricos los precursores de la córnea, la conjuntiva, el cristalino, la retina y el epitelio pigmentado. Si te has fijado, la suma da un ojo, redondeando un poco.

La gran promesa de la medicina regenerativa, abierta a finales del siglo pasado con el descubrimiento de las células madres humanas, está por fin aterrizando en el planeta Tierra. La idea es tan simple que resulta fácil olvidarse del tortuoso camino político, religioso y legal que ha sufrido en los últimos 20 años. Consiste en generar piezas de repuesto para reemplazar a los tejidos y órganos que han deteriorado los accidentes, la enfermedad o el mero paso de los años.



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